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A mediados de 2015, navegando por LinkedIn desde el salón de mi casa encuentro a Antonio Monerris. Su perfil me llama mucho la atención y como suelo hacer en estos casos le envío un mensaje. Tras felicitarle por su trayectoria profesional me sugiere que hagamos una videoconferencia. Como de una cita a ciegas se tratara, nos conocimos pocos días después. Me encontré con una persona amable, abierta y llena de pasión por lo que hacía. Lo que más me llamó la atención fue su entusiasmo por conectar personas.

En julio de 2015 me encuentro en una oficina de Barcelona intentando vender un proyecto de Lean Management a la dueña de una empresa de traducción, conocida de Antonio Monerris.

Durante casi dos años fui encadenando proyectos que me obligaban a ir a Barcelona casi todas las semanas. Se consiguieron buenos resultados en la empresa y un cambio importante en la manera de trabajar. Eso llamó la atención a una empresa americana multinacional del sector que finalmente la compró.

Algo que cuento con mucho cariño es cómo en marzo de 2016, antes de que la operación empresarial se ejecutara definitivamente, la dueña y CEO de la empresa de Barcelona me pidió que la acompañara a Nueva York para conocer a los americanos y le diera mi opinión al respecto. Esto realmente me llenó de orgullo. Demostraba el alto nivel de confianza al que habíamos llegado juntos durante nuestra relación profesional.

Tras la compra a mediados de 2016 las cosas cambiaron mucho para mi. Los americanos tenían sus propios planes y no contemplaban hacer consultoría externa. No fue hasta 2021 cuando empezamos a hablar de colaborar nuevamente.

La multinacional americana había crecido exponencialmente y operaba por todo el mundo, dando servicio a todas las empresas tecnológicas líderes actuales de Silicon Valley. El nivel de exigencia era máximo. La buena noticia era que sus dirigentes estaban interesados en replicar el modelo de Barcelona en toda la organización.

En octubre de 2021 me encuentro en una videoconferencia negociando con todo el equipo ejecutivo de la multinacional americana. Cierro uno de mis mayores proyectos de muchos cientos de miles de euros. La empresa con más de 1.500 trabajadores y una facturación de 300 millones de dólares anuales necesita una transformación total. Super emocionante 😉

Más allá del proyecto en sí, las reflexiones y aprendizajes que yo he sacado de esta historia son estas tres:

1. Hay que ser generosos y decir las cosas buenas de los demás. Gracias a eso, mi querido Antonio Monerris me puso en la senda de esta historia tan bonita. No puedo estar más agradecido a él y a la CEO de la empresa de Barcelona 😉

2. Siempre que hay que hacer un buen trabajo. Cómo dice uno de mis mentores: “How you do anything is how you do everything” o en castellano, cómo haces cualquier cosa es cómo haces todas las cosas. Si no hubiera hecho un buen trabajo en Barcelona jamás habría llegado a los americanos.

3. Hay que estar conectados, los lobos solitarios no llegan lejos. No valemos lo que sabemos sino que valemos lo que vale nuestra red de contactos. Las redes sociales nos abren la posibilidad de conectar con casi cualquier persona. Vivimos en un mundo de abundancia y debemos aprovecharlo.

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